Las criptomonedas están aquí para quedarse
Este artículo ha sido originalmente publicado en el suplemento Mercados de La Voz de Galicia de 14.03.2021 (solo para suscriptores). Las criptomonedas no son una moda pasajera, el ritmo de inversiones, el volumen que se negocia a diario y los movimientos recientes de grandes empresas como Mastercard, Visa, Paypal o Tesla nos indican que ya forman parte del presente y lo harán del futuro.
¿Qué son las criptomonedas?
Las criptomonedas son monedas totalmente digitales y descentralizadas. Que sean digitales significa que nacieron sin un soporte físico, como el papel o la moneda. Y descentralizado quiere decir dos cosas: una, que no existe una entidad que las emita o que las controle, como sí pasa con monedas como el Euro y el Dólar (controladas por el BCE y la Reserva Federal, respectivamente). Y dos, que tampoco son necesarios los intermediarios tradicionales, como los bancos, para guardar o intercambiar esas monedas. No se requiere abrir una cuenta o contratar una tarjeta, basta tener un ordenador con internet para que cualquier persona pueda hacer todo tipo de transacciones con cualquier otra en cualquier punto del planeta.
¿Qué son los bitcoins?
Bitcoin es la criptomoneda más famosa y usada, y los bitcoins son su unidad de cuenta. Fue inventada en 2009 por alguien bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto, cuya identidad aún hoy en día se desconoce.
Aunque Bitcoin no es el primer intento de moneda digital, sí es el primero que consigue funcionar de forma realmente descentralizada. Satoshi Nakamoto consiguió un equilibrio perfecto entre los usuarios de Bitcoin, que pagan una comisión por uso (mover bitcoins), a los mineros, aquellas personas que ponen sus ordenadores a verificar y validan el protocolo para que funcione en todo momento.
¿Cómo se determina su precio?
En estos 12 años, un bitcoin ha pasado de valer 0.01 € a más de 45.000 €. El aumento puede parecer irracional, ya que no hay detrás una empresa como cuando compramos acciones, o un estado cuando invertimos en divisas, que nos den alguna pista de la valoración. Pero el funcionamiento es el mismo: es la ley de la oferta y la demanda lo que determina el precio de los bitcoins.
Cuando Satoshi Nakamoto creó Bitcoin, determinó el límite de bitcoins que existirían y el ritmo al que se acuñarían, de forma que la oferta quedó fijada desde el principio. Es la demanda, por tanto, lo que hace que cambie el precio al que se adquiere bitcoin. Cuanta más gente confié en bitcoin, mayor será el precio.
Y la demanda ha crecido exponencialmente durante todos estos años. Poco a poco, va creciendo su adopción en diferentes frentes:
- Transferencias internacionales: no depender de comisiones bancarias para operaciones con cambio de divisas y los bajos costes de transferencia, convierte el bitcoin en una opción interesante para este tipo de transferencias.
- Inversión alternativa: se utiliza como valor refugio acompañando al oro y a las materias primas, que habían ocupado dicha función en las últimas décadas, para diversificar inversiones de grandes patrimonios y fondos de inversión.
- Defensa contra la inflación: en países con inflación anual en doble dígito (Líbano, Argentina, Venezuela o Angola) canjear tus ahorros e incluso tu excedente monetario mensual a criptomonedas te protege de una devaluación constante de la divisa local.
- Defensa contra estados autoritarios: El carácter inembargable de las criptomonedas (solamente se pueden embargar si el titular te facilita su clave privada), convierte este tipo de activos en la defensa perfecta contra estados autoritarios, donde un cambio de régimen puede volverse en contra de los ciudadanos y éstos se tengan que proteger de los embargos de sus activos financieros.
¿Cómo se compran?
Las transacciones de bitcoins sólo requieren de dos usuarios con un software instalado en sus ordenadores. Durante estos años ha florecido un ecosistema de servicios y productos relacionados con Bitcoin y otras criptomonedas para hacer su funcionamiento más accesible y más seguro. Una de las piezas más representativas de este ecosistema son las casas de cambio: páginas web donde los usuarios pueden depositar, comprar o vender sus criptomonedas. Esta actividad facilita el intercambio de miles de millones de euros en criptomonedas cada día.
¿Cómo y cuándo tributan?
Si un particular compra criptomonedas, deberá considerarlo un activo financiero, pasando a tributar en la escala del ahorro al tipo del 19/21/23/27%. La controversia no está en cuánto tributan, sino en cuándo deben hacerlo puesto que, de acuerdo consulta vinculante V0999-18, las operaciones de intercambio entre diferentes criptomonedas originan obtención de renta, complicando el cálculo de cuál es la alteración patrimonial y obligando a llevar un minucioso seguimiento de las operaciones por parte del contribuyente.
¿Qué obligaciones burocráticas conllevan?
Actualmente la única obligación burocrática que conlleva la tenencia de criptomonedas es la inclusión de las operaciones realizadas en la Declaración de Renta para personas físicas o en la declaración del Impuesto sobre Sociedades para personas jurídicas.
En el Plan Anual de Control Tributario y Aduanero publicado el 31/01/2020, se prevé la inclusión de las criptomonedas en el polémico modelo 720 para aquellos que tengan más de 50.000€, además de la creación de un modelo informativo específico sobre este tipo de activos digitales. Autores: Raúl Marcos, CEO de Carbono.com
Anxo Barreiro Canosa, asesor fiscal en BV Asesores